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INTEGRANTES

Rocio Del Pilar Muñoz Gonzales
Nubia Murcia Cortes

Adriana Margarita Och0a Siachoque

viernes, 15 de julio de 2011

EXÁMENES DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR LICENCIATURA EN PREESCOLAR, PEDAGOGÍA INFANTIL O ESTIMULACIÓN TEMPRANA

EL EXAMEN
3.1. Objetivos
El Decreto 1781 de 2003 define los siguientes como objetivos fundamentales
de los ECAES:
• Comprobar el grado de desarrollo de las competencias de los estudiantes
que cursan el último año de los programas académicos de pregrado
que ofrecen las instituciones de Educación Superior.
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• Servir de fuente de información para la construcción de indicadores de
evaluación del servicio público educativo, que fomenten la cualificación
de los procesos institucionales, la formulación de políticas y faciliten el
proceso de toma de decisiones en todos los órdenes y componentes
del sistema educativo.
3.2. Población objetivo
De acuerdo con lo ordenado en el artículo 5º del Decreto 1781 de 2003, antes
citado, estos exámenes “deberán ser presentados por todos los estudiantes
que cursen el último año de los programas académicos de pregrado, para lo
cual las instituciones de educación superior adoptarán las medidas internas
que permitan la participación de la totalidad de los estudiantes”.
En consecuencia, el examen debe ser presentado en forma obligatoria por
todos los estudiantes que sean alumnos regulares del programa, a juicio de
la institución en la fecha programada por el ICFES para la aplicación del examen.
Adicionalmente podrán presentarlo los egresados que deseen
autoevaluarse, siempre y cuando se inscriban oportunamente, en la forma
como se indica en el apartado correspondiente de esta guía.
3.3. ¿Qué y cómo se evalúa?
Los Exámenes de Estado de Calidad de la Educación Superior (ECAES) para
quienes están por concluir estudios en el programa en Licenciatura en Preescolar,
Pedagogía infantil o Estimulación Temprana, tiene como propósito comprobar
niveles básicos y fundamentales de logro de las competencias identificadas
como propias de la formación profesional del programa anotado.
Para cumplir con este propósito, el examen tiene los siguientes objetivos:
• Reconocer el saber profesional del maestro.
• Obtener información relevante sobre los resultados de la formación en los
programas de licenciatura objeto de examen.
• Fomentar el mejoramiento de la calidad de la educación superior en los
programas de formación de educadores.
• Servir como instrumento de autodiagnóstico frente a las orientaciones y
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exigencias que deben guiar la labor educativa en la dimensión ética, cultural
y política.
• Reconocer la apropiación de la pedagogía como saber fundante en la
enseñabilidad de las disciplinas.
• Incentivar el desarrollo personal y cultural de acuerdo con las posibilidades
de formación y aprendizaje.
3.3.1. Objeto de evaluación
Las características propias de una profesión obligan al sujeto a actuar de
manera integral frente a situaciones problema, las cuales conjugan conceptos,
procedimientos, heurísticas, actitudes y valores en actuaciones propias
de un saber profesional. El sujeto profesional requiere actuar integradamente;
esto conduce a reconocer que el campo de formación profesional se caracteriza
por el desarrollo y la formación de competencias transversales y específicas
relacionadas con las prácticas sociales profesionales.
En Colombia, desde los destacados señalamientos del movimiento pedagógico,
en la década del ochenta, en relación con el desconocimiento de la
importancia del saber pedagógico en los programas de formación de educadores,
se intensificó el estudio para revisar el papel de las unidades
formadoras en este sentido. En la actualidad no hay duda sobre los alcances
de estos propósitos y son numerosos los testimonios, en casi dos décadas,
de los procesos de desarrollo y de estudios investigativos adelantados en
beneficio de propiciar la construcción de la pedagogía como saber científico
que fundamente la profesionalización del educador alrededor del saber, del
saber enseñar, de la comprensión integral del ser humano y de la realidad
donde se realiza su acción formadora.
En los planteamientos y discusiones sobre la formación inicial de los maestros
es posible identificar cinco elementos fundamentales que la orientan:
1. Un primer elemento es el que señala el Sistema Nacional de Formación
de Educadores, al determinar la razón de ser de las Escuelas Normales
Superiores y las Facultades de Educación, que entre otros aspectos se
proponen: impartir una formación acorde con su proyecto académico; incluir
la pedagogía como saber fundante; contribuir a la cultura científica,
democrática, y de preservación del medio ambiente y; crear mecanismos
para la formación de una conciencia internacional, fortalecer los derechos
humanos y la justicia social.
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2. Un segundo elemento señalado por la Constitución Política de 1991, la
Ley 30 de 1992, la Ley 115 de 1994, y el Decreto 272 de 1998, el Decreto
2566 de 2003 y la Resolución 1036 de 2004, se refiere a la formación
integral del maestro. Cada una de estas normas aporta aspectos relacionados
con la necesidad de apropiarse de los elementos básicos para
comprender la evolución histórica y el ordenamiento social, principios
sine qua non para la formación de las nuevas generaciones, además,
aspectos de orden cultural, ético-político y los propósitos propios de la
educación superior.
3. Un tercer elemento, los núcleos del saber pedagógico, que son la base
de la formación pedagógica. Ellos “tienen como finalidad asegurar una
línea esencial y común de identidad profesional de los educadores a
partir de su formación y de equidad en las ofertas formativas. Ellos, en su
sentido general y en su finalidad, guardan coherencia entre si; por tal
razón forman parte, tanto de las disposiciones para la organización y funcionamiento
de las Escuelas Normales Superiores como de los requisitos
básicos para la creación y funcionamiento de los programas de pregrado
y posgrado en educación, que ofrecen las universidades e instituciones
universitarias” (CAENS, 2000: 35).
4. Hay un cuarto elemento que, aunque no tiene el mismo estatus de los
anteriores, es relevante para entender la formación inicial del maestro.
Son los saberes que se van construyendo, en cada una de las instituciones
formadoras, como producto de la reflexión y de la práctica de formación
en su interior y que se relacionan con los principios y postulados que
cada institución formula. Esta relación dibuja el problema central de la
formación educativa y propicia la comprensión de los procesos de conocimiento
necesarios para pensar la formación educativa y proceder a su
acción en el contexto de un programa de formación determinado.
5. El quinto elemento, tiene que ver con la investigación y la tecnología como
componentes básicos en la formación y práctica del maestro. Es el interés
investigativo en la profesión lo que explica la necesidad de asumir la investigación
y la innovación educativa como eje de la formación de educadores en los
problemas fundamentales de la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación.
La investigación recientemente ha adquirido un papel significativo en la
formación educativa de los profesores y de los estudiantes, convirtiéndo17
se en fuerte tendencia para superar el transmisionismo en todas las profesiones.
Se reconoce la función educativa de la escuela, lo cual implica,
que la teoría y la práctica educativa se re-construyen permanentemente a
partir de su mutua interacción, en el seno del proceso histórico que se
manifiesta en toda situación social real. Asumir la educación desde la perspectiva
de la investigación, significa someter la labor cotidiana del maestro
a un examen auto-reflexivo, crítico y sistemático.
En relación con lo tecnológico en la formación del maestro como un ciudadano
universal, se busca vincular el conocimiento de las disciplinas a
las prácticas sociales y a los procesos tecnológicos de la sociedad. Usualmente
las disciplinas se presentan en su contexto de enseñanza, aprendizaje
y evaluación desligadas de la sociedad en la cual se inscriben y
de la tecnología con la cual se relacionan estrechamente, creando una
visión aislada de las prácticas sociales que impiden un desarrollo cultural
y científico apropiado para los ciudadanos de este país.
Ahora bien, el saber tecnológico ha de ser asumido desde dos niveles:
el primero entender que también requiere ser apropiado por el maestro
para convertirlo en enseñable. El segundo, potenciar, en el saber tecnológico,
todo lo formativo para lograr mayores desarrollos autónomos en el
aula; aprovechar la circulación del conocimiento en las redes para establecer
contacto con el mundo, evitando permanecer como aldeas separadas;
favorecer la manipulación de artefactos y auspiciar procesos que
hacen parte de la alfabetización de la nueva era.
Las pruebas que se aplicarán a quienes van a egresar de los programas de
licenciatura en preescolar (pedagogía infantil, preescolar o estimulación temprana)
tienen como propósito evaluar las competencias de los estudiantes
para interpretar, argumentar y proponer soluciones frente a situaciones problema
en la práctica de la educación según los elementos anotados.

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